INICIO DEL PROYECTO MISIÓN SOLIDARIA “MANUELA ESPEJO”

Quito, 29 de junio de 2009

Compañeras, compañeros:

Un saludo fraterno, cariñoso a todas y a todos los ciudadanos y ciudadanas, en especial a quienes, por cualquier motivo, tienen algún tipo de discapacidad, o poseen capacidades distintas. En la Patria, ya se está interiorizando, ya se está comprendiendo lo maravilloso que es ser diversos pero no desiguales.

Presentamos nuestra solidaridad para con el hermano pueblo de Honduras, rechazamos este brutal ataque a la democracia de América Latina, exigimos el inmediato retorno a los cauces democráticos, la restitución al cargo de José Manuel Zelaya, como Presidente Constitucional, elegido por voluntad popular, el retorno a los cuarteles del ejército y el total acatamiento de las leyes por parte de los militares hondureños; no vamos a permitir, bajo ningún aspecto, que se vulnere la decisión del pueblo; no, mil veces no, a los desesperados intentos de volver al pasado. Vamos juntos hacia un futuro de paz, de dignidad, de respeto.

Vamos, por salud mental, a desaprender las normas impuestas por aquellos que elevaron el egoísmo a la calidad de virtud; vamos a abandonar las normas del individualismo, la práctica de la agresión, frente a la alegría; la compulsiva acumulación, a costa del bienestar del prójimo. Vamos a recordar de una vez y para siempre que lo esencial no es el precio, sino el valor de poner el corazón, blindado de amor, al servicio de la Patria.

Este es un acto que, en su propia sencillez, hace visible la trascendencia de su propósito; con la “Misión Solidaria Manuela Espejo”, damos comienzo a uno de los más importantes programas de la Revolución Ciudadana, vamos a llegar hasta los hogares de todos y cado uno de los ciudadanos, las ciudadanas, para saber más sobre nosotros mismos, vamos a conocernos mejor, vamos a indagar en qué condiciones estamos, qué respuestas necesitamos organizar, qué soluciones tenemos que dar.

Así como el sol se refleja en cada gota de agua; así, la verdadera esencia de una sociedad se refleja en la manera en que trata a las personas con discapacidades.

Este es el inicio del Primer Estudio Bio-sicosocial sobre las discapacidades en el Ecuador; con la Misión Solidaria Manuela Espejo, se busca dotar al Ecuador de una base científica sobre la cual delinear políticas de atención y prevención a este sector y establecer planes y programas adecuados a la realidad nacional.

No se trata de un censo o registro, lo que se va a realizar es un análisis de la realidad de las personas con discapacidad en el Ecuador; se han organizado brigadas que visitarán casa por casa, que van a conversar, que preguntarán con respeto, con cariño, sobre la existencia y las condiciones en que se encuentran las ciudadanas y ciudadanos, los hermanos nuestros, que tengan algún tipo de discapacidad; básicamente, para conocer en qué condiciones se encuentran y para responder a sus necesidades.

Las visitas, exámenes y pruebas serán realizadas por brigadas mixtas cubano -ecuatorianas conformadas por: Asesores genéticos, Psicopedagogos, Médicos generales, Promotores de salud; una vez que sean detectadas las necesidades prioritarias de las personas con discapacidad y sus familias, se les brindará atención médica especializada, se les entregará ayudas técnicas y se buscará cubrir sus necesidades.

Este Estudio, marcará un hito y será el puntal para el desarrollo de la Política de Discapacidad, de programas y proyectos focalizados en una información cuantificada sobre las personas con discapacidad y sus necesidades.

Esto, nos permite elevar a política de Estado soluciones efectivas, inmediatas y sostenibles para cumplir con la meta de lograr una inclusión social definitiva de las personas con discapacidad.

Conocemos que más del 12% de la población, esto es: un millón seiscientos mil ecuatorianos, padecen algún grado de discapacidad, por distintas razones; un número que equivale casi a la población total de Quito; de ellos, un alto porcentaje son niños.

El 54% de ese millón seiscientos mil, no tiene acceso a la educación; lo que constituye una vergüenza para el país. Tenemos que fortalecer las acciones que ya se han emprendido, tenemos que potenciarlas; tenemos que promover la elaboración y puesta en marcha de leyes y medidas administrativas que aseguren los derechos de nuestros compatriotas discapacitados; e igualmente, la eliminación de normas, reglamentos, costumbres y prácticas discriminatorias.

Tenemos que soñar muy alto, tenemos que aspirar a la construcción de una sociedad en donde la justicia funcione para todos; una sociedad con un grado de democracia e igualdad efectivos, fruto de niveles adecuados de distribución de la riqueza, de niveles elevados de integración, de solidaridad.

Para cumplir el objetivo enunciado y para atenderlos de mejor manera, necesitamos saber el número exacto y las particularidades de los distintos tipos de discapacidad; el Ministerio de Salud de Cuba, ha desarrollado la metodología del Estudio y está dispuesto a apoyarnos con la mayor generosidad.

El Ministerio de Salud de Cuba, capacitará a los médicos ecuatorianos en el uso de la metodología del Estudio; el Ministerio de Salud del Ecuador, es el puntal fundamental, a nivel de médicos, para el desarrollo del estudio, se trabajará con los médicos de los EBAS y los promotores de Salud de la zona, quienes conocen la realidad de la población y conformarán las brigadas de campo.

El Ministerio de Defensa, es la contraparte logística y será quien lidere con personal capacitado, a nivel de campo, el acceso a las personas con discapacidad y a sus familias.

El pueblo ecuatoriano sabe que nos sobra voluntad política para atender las necesidades más postergadas. Hace un año, declaramos en emergencia la atención a las personas con discapacidades, para hacer posible la entrega de ayudas técnicas y prótesis a todos quienes las necesitan a lo largo y ancho del país. Mucho hemos avanzado; pero, a la vez, nos hemos encontrado con una realidad compleja, inexplorada, carente de estudios.

Nos hemos encontrado con la necesidad de realizar investigaciones científicamente sustentadas sobre las causas de algunas discapacidades recurrentes que, geográficamente localizadas, convenientemente estudiadas, hecho su seguimiento y levantado un perfil exacto, pueden ser solucionadas de raíz para, no solo dar paliativos, la ayuda a los afectados, sino prevenir que, a futuro, existan más víctimas de enfermedades evitables.

Sospechamos que muchas discapacidades se vinculan a factores genéticos, nutricionales, ambientales, alimentarios, socio-económicos, etc. Se han levantado hipótesis de estudio. Hemos observado la experiencia de países hermanos, como Cuba, que en su revolución ha podido hacer importantes descubrimientos en temas de salubridad. Hemos visto que, para resolver ciertos problemas, es necesaria una acción coordinada, interdisciplinaria; que el Estado debe atacar los problemas desde varias instancias institucionales, en forma solidaria.

Con esa visión, se ha concebido la acción de alcance nacional que está por iniciarse, que empieza en Cotopaxi con la “Misión Solidaria Manuela Espejo”, como programa piloto. Se trata de un estudio integral de las causas de las discapacidades. Estamos yendo al fondo del problema.

Este programa que se inicia en Cotopaxi bajo el nombre inspirador de una de nuestras Manuelas, de Manuela, la hermana de Eugenio Espejo, el precursor de nuestra independencia, por haber sido ella, además de escritora y prócera, pionera de la humanitaria profesión de la enfermería, continuará en la costa, bajo el nombre de otro gran ecuatoriano, del escritor guayaquileño Joaquín Gallegos Lara, miembro de la generación de los “Cinco como un puño” que irrumpieron en los años 30 del siglo pasado, con una prosa que conmovió al mundo y a la América toda: el realismo social.

¿Por qué Joaquín Gallegos Lara? pues, porque ese inmenso escritor, ese gigante de nuestra literatura fue un discapacitado, a quien sus camaradas llevaban en hombros, con todo afecto, porque era imprescindible en todo momento, porque de todos era él quien más vigor y entusiasmo intelectual poseía, quien convocaba, quien suscitaba, quien más les exigía a cumplir como escritores, como seres humanos, como políticos –que fueron todos ellos- comprometidos con la transformación revolucionaria de la Patria nuestra.

Bajo el nombre de Joaquín Gallegos Lara, continuará en la costa este proyecto de investigación integral, este “Estudio Nacional de Discapacidades en el Ecuador”, que es uno más de los mecanismos con los que la revolución ciudadana le está sacando brillo al alma, brillo a la Patria, recuperando la plena dignidad de todas, de todos.

¡Qué diferencia con aquellos que utilizaban este tema en las campañas, y se hacían fotografiar regalando sillas de ruedas! La revolución ciudadana, en nombre del Estado ecuatoriano, que somos todos y, como un derecho, no como una dádiva, está entregando sillas y todas las ayudas técnicas, ortopédicas, prótesis que hagan falta a cada ecuatoriano o ecuatoriana que tenga alguna discapacidad, hasta en el último rincón de los campos de la Patria, hasta el barrio más apartado, hasta el caserío más pequeño y remoto. Es un derecho fundamental de las y los ecuatorianos con discapacidades.

Y estamos caminando con políticas de inclusión, de ampliación de oportunidades para todos quienes han estado excluidos. Cada ecuatoriana, cada ecuatoriano, tiene derecho a la plena dignidad, a no sentirse avergonzados, reprimidos o deprimidos. ¡No!, a cada discapacidad le corresponde una solución integral, el apoyo del Estado, la comprensión de la familia, de los centros educativos; y, desde luego, el ejercicio de la plena dignidad.

Siempre hacen falta recursos, claro, pero recursos siempre hubo; lo que ocurre es que se los destinaba sólo al pago de la deuda, se los despilfarraba o sencillamente se los robaba; nunca se intentaron siquiera mínimas respuestas de atención a los sectores más sensibles de la población.

En contraste con el olvido terrible de los tiempos en que dominaron el egoísmo y la avaricia, los de la larga y triste noche…; en contraste con aquello, digo, el gobierno de la revolución ciudadana no ha vacilado en decretar la emergencia del sistema de prevención de discapacidades, de atención y provisión de ayudas técnicas e insumos médicos, de prestación de servicios de salud, de capacitación y de accesibilidad a través del mejoramiento e implementación de infraestructura pública. No como una dádiva, no como una caridad, sino como la obligación ineludible del Estado de facilitar instrumentos que apoyen a los ciudadanos y ciudadanas en su desarrollo integral.

Estamos firmemente decididos a cumplir y a hacer cumplir las disposiciones legales para que las empresas públicas y privadas ofrezcan trabajo a las personas con discapacidad, como es su obligación, como un derecho, para así aprovechar los talentos, las destrezas y habilidades que han desarrollado estos ciudadanos. La meta es que para el 2010 el 4% de la nómina de todas las empresas la ocupen discapacitados.

Las ciudades, los edificios, las calles, las aceras, las unidades de transporte público, los parques, los servicios públicos de todo tipo, han de ser amables y accesibles para todos y todas. La Patria tiene que derribar los muros de incomprensión, de insensibilidad. ¿Quién no tiene un hermano, un padre, una madre, un amigo, un vecino con algún grado de discapacidad?; esta realidad crítica no nos es lejana. Tenemos que construir un Ecuador sin barreras, una Patria digna, solidaria, equitativa.

Tenemos que equiparar las oportunidades por medio de la entrega de ayudas técnicas, medicinas, insumos médicos; tampoco el empleo debe tener barreras, hay que desarrollar la capacitación y fomentar las oportunidades; las ciudades tienen que eliminar –lo digo una vez más- todas sus barreras físicas, urbanísticas, arquitectónicas, de transporte, de infraestructura sanitaria, educativa, laboral, recreativa y social. Educación sin barreras; Justicia sin barreras; Salud sin barreras; Empleo sin barreras; una Patria para todos: ¡sin barreras!

Aunque nacimos llorando, tenemos que construir la alegría, es fácil sonreír, no cuesta nada y es saludable. Somos un pueblo de PAZ, y queremos construir una sociedad JUSTA. Las peores barreras son las barreras del alma, la pobreza de corazón, no hay que andar pobres de alegría; tenemos que derribar esas barreras para levantar un Ecuador libre, soberano, solidario; un Ecuador con iguales derechos y responsabilidades, un país para todos y para todas, una Patria grande, amable, generosa.

Somos millones y ansiamos un cambio profundo, revolucionario; las reformas anheladas, no pueden limitarse a maquillajes. América Latina y el Ecuador están viviendo un verdadero cambio de época. Este momento histórico de la Patria y de todo el continente, exige una nueva actitud, una nueva forma de enfrentar los problemas y de presentar y ejecutar las soluciones.